El misterio de los gatos negros
Desde la Edad Media los gatos negros han sido considerados como un símbolo de brujería y mal augurio, y con el tiempo, fueron adoptados por el cine como un recurso infalible para las películas de terror.
El filme mexicano “Más negro que la noche” (1975) utiliza este cliché a su favor. La historia es simple, tras el fallecimiento de una anciana, su sobrina se convierte en heredera de su casona con una sola condición, cuidar de su mascota “Becker”.
Sin embargo, el gato es encontrado muerto tan solo unos días después que la sucesora se mudara a la casa, y pronto, eventos muy extraños empiezan a ocurrir.
En el Museo de la Música Veracruzana (Casa “Doña Falla”) se encuentran “Nilo” y “Wero”, que a pesar de no ser aterradores, ni mucho menos negros, son dos peluditos que disfrutan de la música en una casa tan antigua como la de la cinta.
Más allá de las supersticiones, estos pequeños felinos son tan solo animales que merecen el mismo respeto que cualquier otro, aunque en estas fechas no dejen de ser reconocidos como un símbolo del terror.
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